Este viernes 27 de agosto, en presencia del directorio
de la Fundación San Marcelino Champagnat, de invitados
ilustres representantes de las empresas que han hecho
posible la obtención de las prácticas técnico
profesionales; en presencia de sus educadores, familia y
compañeros, sesenta y nueve jóvenes, alumnos egresados
de nuestra institución, recibieron su título profesional
que les acredita como Profesionales Técnicos en las
especialidades de Administración, Construcciones
Metálicas y Electrónica.
En el año del Bicentenario de nuestra patria, el
hermano Cruz Alberdi Sesma, junto con el Consejo Directivo de
nuestro colegio, nos invitan a destacar la alegría que nos complace
en gestar para nuestro país, nuevos profesionales que desean ser
buenos ciudadanos y buenos cristianos al servicio de su pueblo y de
sus máximos ideales, acudiendo deprisa a una nueva tierra,
situación que se ennoblece al aportar con
jóvenes emprendedores, capaces de incrementar sus
conocimientos y adquirir las herramientas indispensables
para un trabajo en equipo, una práctica centrada en la
colaboración y una red de relaciones humanas que
implican tolerancia, respeto y empatía hacia sus
compañeros de labor.
Se destaca el logro y reconocimientos alcanzados por
las señoritas Silvia Muñoz Ortega y Lilian Poblete Medina, quienes
demostraron un gran grado de compromiso y responsabilidad con sus
prácticas, siendo galardonadas públicamente por Automora Pedro
Carvajal y Dirección de Desarrollo Económico y RR. EE, de la Ilustre
Municipalidad de La Pintana, respectivamente.
Con un alto reconocimiento de sus pares y
de los presentes, el señor Francisco Villalobos
Villalobos, fue destacado como el mejor alumno que se
tituló en el plazo del año de su egreso, siendo
meritorio en su práctica profesional, situación que
también le llevó a ser destacado por el Departamento
Provincial de Educación Cordillera, considerándose su
esfuerzo, su entrega, su interés y aportes a la
comunidad educativa en el movimiento Scout y sus deseos
de continuar estudios superiores.
Caminar deprisa a una nueva tierra, en la mirada
juvenil que traspasa nuestra misión educadora, nos exhorta a ver en
estos jóvenes profesionales a los primeros comprometidos con su
futuro laboral que hoy ya es su presente. Verles convertidos en
hombres y mujeres de bien, nos anima a fortalecer los lazos de
acogida y de envío, haciendo de nuestra misión una opción
preferencial por la juventud de nuestro país, que nos empuja a unir
nuestras
fuerzas y ánimos como maestros, familia y comunidad
que les anima a llegar a cumplir sus sueños, sueños que hacen de
nuestra tierra un edén más solidario, más digno y más humano, al
estilo del padre Champagnat, convirtiéndoles en jóvenes
profesionales invitados en torno a una misma mesa, en donde se
sensibilicen día a día a hacer de nuestra tierra el edén esperado.