Los niños y jóvenes lo viven quizá por primera vez: en sus vidas quedará la huella de este tiempo irregular en que debimos reaprender todo aquello que hacíamos sin darnos cuenta, embebidos como siempre en la vorágine de nuestras rutinas, en el movimiento inconsciente de aquello que hacíamos por hábito. De un momento a otro, hubimos de reencontrarnos con nuestras familias, reaprender a convivir, organizarnos en un sistema al que no estábamos acostumbrados, establecer rutinas y -a veces, dolorosamente- alejarnos de nuestros amigos y otras personas importantes para nosotros. En este extrañamiento del mundo, nos aislamos y reinventamos, de diversas formas, nos propusimos metas nuevas y tratamos de aprender o vivir lo que el tiempo antes nos limitaba. Sacamos fuerza y energía que no sabíamos que teníamos y desarrollamos capacidades y dones que, en otro tiempo, no habrían aflorado.

En este tiempo de pandemia, es probable que hayamos conocido la mejor versión de nosotros mismos o quizá, hayamos encontrado un camino nuevo por donde continuar. Pero también, miramos a la cara el rostro de la adversidad, tuvimos que asumir responsabilidades para las que no estábamos preparados, debimos apresurar el proceso de maduración y asumir siendo aun inexpertos, lo que requería tiempo de preparación y práctica, posponiendo aquello que mejor asienta a su edad. Hubimos de lamentar la pérdida de algunos de nuestros seres queridos y en esa coyuntura, brotó en nosotros algo que en otras condiciones no habría surgido: nos hicimos más reflexivos y comprensivos, aprendimos a valorar lo que de verdad importa, aprendimos a empatizar con el dolor ajeno y a mirar con otros ojos aquello que nos rodea.

De esta mirada particular están empapados los textos que participaron del concurso Letras a distancia, organizado en nuestra comunidad. Nuestra intención fue otorgar un espacio de creatividad y testimonio respecto a lo que nos toca vivir, compartir con otros lo que sentimos y pensamos, expresar aquello que no decimos y establecer un diálogo íntimo con otros. Los textos que fueron enviados expresan en parte la esperanza de superar este escenario, así como servir de registro para el futuro. Con esto, queremos destacar la profundidad que lograron sondear estos estudiantes -quienes se atrevieron a participar- y que pasamos a comunicar:

Ganadores del concurso

Categoría Alpha: Isidora Reyes, estudiante de 4° básico

Categoría Juvenil: Nicolás García, estudiante de 4° medio

Categoría Ex alumnos: Javier Meneses, titulado en Construcciones Metálicas

Esperamos que este reconocimiento sea un aliciente para los estudiantes y sus familias, en reconocer algunos de los talentos -entre otros- que los caracterizan, así como también saber que el ejercicio de la escritura es un vehículo importante para expresar aquello que convive en nuestra mente y corazón, al que siempre hay que dedicarle esfuerzo y dedicación.